La sonrisa...
El abrazo.
Oir " seño te quiero!"
Las caras de enojo porque el otro tiene lo que se desea.
El conflicto y el disfrute.
No como puntos dicotómicos sino
Como momentos vivenciables de enseñanza-aprendizaje.
El animarse a encontrar en los ojos del otro,
sus sueños,
sus palabras,
sus emociones exteriorizadas corporalmente.
Regalarles palabras para nombrar y que eso que no sabía como denominar tenga ahora sí un vocablo evocador como convención que me acerca a la persona que tengo al lado.
El tiempo vuela!
(El equilibro dinámico!)
Pero así, así uno vive la compañía de los niños porque son el amor más cristalino y mágico que he hallado... Son esa ventanita que conecta con mi alma y me convierte en la persona que sueño ser para mi familia.El día en que tenga un hijo también sé que lo que he aprendido más vale compartirlo. Ojalá me encuentre en mi mejor momento!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario