Hoy luego de dos semanas, llegué a tocar la puerta. Detrás, la pregunta quién es. Al abrir, la sonrisa de bienvenida. Me contaban alegres los regalos que habían recibido de su papá. Me preguntaban por los materiales para dibujar y colorear. No los tenía. A cambio llevaba algo nuevo. Manipular era el inicio... les agradó la textura y lo que sentían. Suave y frío a la vez. La masa cedió. Fue de serpiente a panes y medialunas.
Después de jugar nos sentamos a ver tv. Dos cosas pedían: inventar canciones y masajes en las manos. Sentirse relajados, eso manifestaban. La hora del retorno. La frase: no te vayas -emergía-. Te podés quedar para siempre!, me decía el chiquitito. Abrazarlos y tenerlos en upa es algo que valoro mucho. Cómo van creciendo peques! Mi 💓 me dice que quererlos es algo tan lindo!!!!
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